El (muy esperado) episodio final de Breaking Bad, emitido ayer domingo por el canal por cable AMC, ha supuesto un récord de audiencia de la serie creada por Vince Gilligan y protagonizada por Bryan Cranston y Aaron Paul.
El último episodio de Breaking Bad, una serie que nunca se ha caracterizado por ser de consumo masivo entre el público, ha sido visto por 10,3 millones de espectadores, pulverizando el registro del capítulo de la semana pasada (anterior récord de la serie), que fue seguido por 6,6 millones de espectadores.
Además, este último episodio ha cosechado un gran éxito en la franja de 18-49 años, la más codiciada por los anunciantes, al lograr reunir 6,7 millones de espectadores de esta edad, lo que ha servido para que el canal AMC cobrase 400.000 dólares por cada anuncio de 30 segundos emitido durante el capítulo, cifras cercanas a lo que se paga en series mucho más populares a nivel del público medio como Modern Family.
Con estas increibles cifras de audiencia más la adoración total de la crítica especializada no es de extrañar que la cadena no haya querido despedirse sin más de este producto y haya dado luz verde a Better Call Saul, un spinoff de Breaking Bad centrado en la figura de Saul Goodman, el abogado interpretado por Bob Odenkirk.
Fuente: EW.